lunes, 11 de enero de 2016

Cortar y pegar genes: una nueva técnica que entusiasma e inquieta

Mini cerdos que pesan seis veces menos que los normales, otros supermusculosos, monos, cabras, mariposas, ratones de laboratorio y perros con caracteres introducidos en el laboratorio integran, entre otros, el particular zoológico de animales transgénicos obtenidos mediante una nueva técnica de edición genómica que promete revolucionar todo lo conocido y que también puede utilizarse para modificar plantas.

Jennifer Doudna, joven investigadora del Howard Hughes Medical Institute, lo llama "un tsunami". Doudna y Emanuelle Charpentier, del Instituto Max Planck de Biología de la Infección, de Berlín, tuvieron una participación protagónica en este hallazgo.Descubierta hace apenas tres años, provocó un aluvión de experimentos y publicaciones en todo el mundo, y su uso se expandió como un reguero de pólvora gracias a que es más económica, rápida, versátil y sencilla que sus predecesoras. Tiene un nombre largo y complicado, pero los científicos la llaman Crispr-Cas9.

"Normalmente, transcurren años hasta que una nueva herramienta molecular se instala -escribe Doudna en la edición del 22 de diciembre pasado en Nature-. Sin embargo, antes de fines de 2012, apenas unos meses después de que mis colegas y yo hubiéramos publicado nuestro estudio inicial, por lo menos seis trabajos que describían diferentes usos de Crispr-Cas9 habían sido enviados para su publicación. A principios de 2013, varios papers, incluyendo algunos que describían cómo esta tecnología podía ser utilizada para «editar» los genomas de células germinales humanas y para alterar un organismo entero (el pez cebra), eran una señal temprana del tsunami que se avecinaba. Hacia fines de 2014, [la técnica] ya se usaba para, entre otras cosas, aumentar la resistencia del trigo a pestes (...) y para corregir una mutación en ratones adultos que en humanos causa la tirosinemia [un error del metabolismo que conduce a alteraciones hepáticas y renales, además de retardo mental]."
Pero junto con el entusiasmo por sus posibles aplicaciones para prevenir enfermedades hereditarias o "mejorar" animales de consumo, surgió la preocupación de que su uso en embriones o células germinales humanos permita introducir rasgos que pasen de generación en generación y lleguen a alterar la naturaleza misma de nuestra especie.

La declaración final del encuentro no condenó esos experimentos, pero advirtió que restan una cantidad de problemas por resolver antes de que sea prudente emplearla en aplicaciones clínicas.Elegida como el avance científico del año por la revista Science, investigadores convocados por la Academia de Ciencias y el Instituto de Medicina de Estados Unidos, la Royal Society y la Academia de Ciencias China se reunieron entre el 1° y el 3 de diciembre en Washington para analizar los dilemas éticos que plantea y establecer guías de uso en humanos.

Procesador genómico

"Este es un ejemplo de cómo la investigación básica y aplicada se nutren mutuamente -explica Marcelo Rubinstein, investigador del Instituto de Genética y Biología Molecular (Ingebi), del Conicet, y profesor de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA-. Científicos de una empresa láctea francesa estaban interesados en estudiar cómo evitar que las bacterias lácticas utilizadas en la fabricación de yogur no se murieran por virus (bacteriófagos, o "fagos", a secas), lo que a veces obligaba a tirar hectolitros de producto. Descubrieron que había bacterias que tenían mecanismos naturales de inmunidad: cortaban una partecita del genoma viral y lo metían en su propio genoma, de manera que las «hijas» nacían con inmunidad contra esos virus. Los neutralizaban identificando una zona particular del genoma y cortando el ADN con una enzima. Después, se dieron cuenta de que podían trasladar a otros grupos ese mecanismo."
Según Doudna, Crispr-Cas9 puede usarse para replicar la base genética de enfermedades humanas en modelos de laboratorio, abriendo la puerta a un conocimiento sin precedente de desórdenes previamente enigmáticos. También hace más fácil corregir defectos genéticos en animales adultos y en tejidos de cultivo producido a partir de células madre, estrategias que eventualmente pemitirían tratar o curar enfermedades.
Las instrucciones para fabricar un organismo son como un largo texto en código almacenado en su ADN. La humanidad viene modificándolo desde hace mucho con distintas técnicas, como hacer cruces o seleccionar las mutaciones que se producen al azar. Lo singular del hallazgo de Doudna y Charpentier es que permite intervenir a la manera de un procesador de texto, como si tomáramos una oración, la cortáramos y volviéramos a deletrearla con las letras correctas.
La técnica Crispr-Cas9 tiene dos componentes: una enzima (Cas9) que corta el ADN como si fuera una tijera molecular, y una guía de ARN sintético [el ácido nucleico que actúa como mensajero de la información genética para la síntesis de proteínas] que le dice a la enzima exactamente dónde cortar.
Aunque resulta efectivo, este proceso no es perfecto. Puede cortar demasiado ADN y alterar otros genes importantes, pero investigadores del Broad Institute, del MIT y Harvard creen haber resuelto el problema moficando la estructura molecular de la enzima y reduciendo el riesgo de cortes fuera de registro.
Los investigadores que la emplean están maravillados por su versatilidad y rapidez.
"Antes, en el mejor de los casos se necesitaban entre ocho meses y un año, además de mucha expertise en técnicas que eran muy engorrosas -cuenta Manuel Muñoz, investigador de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA (FCEN) y del Instituto de Fisiología, Biología Molecular y Neurociencias del Conicet (Ifibyne)-. Para que te hagas una idea: el año pasado estuve haciendo una pasantía en Italia. Cuando llegué, no sabía qué era Crispr. De no conocerlo a haberlo aplicado pasaron cuatro meses. Además, se puede hacer en un laboratorio de recursos relativamente bajos."
"Es una técnica que cambia la manera de trabajar, vuelve más sencillos proyectos complicados, y hace posibles proyectos imposibles -dice Rubinstein, que diseña ratones transgénicos para investigación-. Fuera de eso, está todo el imaginario de ciencia ficción. Por ejemplo, se está exagerando su facilidad: no es tan fácil. Desde que se hace incorporación de genes y transgenes en embriones, hace 30 años, ya existían esos miedos de cambiar la especie humana. Esto permite ser mucho más preciso cuando se interviene."

Especulación y fantasía

Aunque los científicos manipulan genomas desde hace décadas, hay quienes piensan que esta novedad convertirá el libro de la vida de humanos, plantas y animales en poco más que bocetos, copias preliminares que podrán "mejorarse" en el laboratorio. Otros, sin embargo, advierten que hay muchas especulaciones sin sustento. Como cuando se afirma que de aquí en más se podrá diseñar el bebé perfecto.
"Pensar que podremos hacer personas más inteligentes es una tontería -subraya Rubinstein-. La inteligencia no depende de uno, sino de varios miles de genes. Uno podría proponerse hacer que un bebé fuera más alto o elegir el color de ojos... Técnicamente es posible (de hecho, ya se puede hacer con métodos «clásicos»), pero los costos son enormes y desde el punto de vista ético, es inaceptable. La gran diferencia de Crispr es que uno puede dirigir el sitio de inserción del gen e introducir pequeños cambios para que funcione mejor o peor. A la genética molecular del ratón le cambió la vida porque bajaron los costos, los tiempos, los riesgos... Lo puede usar prácticamente cualquier laboratorio. En realidad, esto acelera una revolución que ya estaba en marcha. El mundo de la ingeniería genética no tiene techo. Da mucho para la especulación y la fantasía, pero tenemos que ser cautos: ocurre como con la clonación, la mayoría de los individuos que vas generando no te sirven. No va a ser fácil aplicarla en humanos. Habrá que regularla."
Por su parte, Alberto Kornblihtt, director del Ifibyne, International Research Scholar del Howard Hughes Medical Institute y miembro del Comité de Ética en la Ciencia y la Tecnología de la revista Science, afirma que si bien es una técnica muy poderosa, no está de acuerdo en la tangibilidad de las gametas o embriones con fines de "mejoramiento" (enhancement).
"Está bien efectuar terapia génica en un bebe ya nacido o incluso en uno en gestación -subraya-, pero no en la la línea germinal. Es suficiente la variabilidad que introduce la selección natural."
La propia Jennifer Doudna lo puso en blanco sobre negro: "Por lo menos, hay algo claro. Todavía no sabemos lo suficiente sobre las capacidades y límites de la nueva tecnología, especialmente cuando se trata de crear mutaciones heredables".

jueves, 7 de enero de 2016

El tratamiento médico para que una niña no pueda crecer

Charley nació en 2005, sin respirar.
Pasaron una hora tratando de resucitarla, pero para cuando lo lograron su cerebro estaba tan dañado que hoy la niña de 10 años tiene la función cerebral de un bebé. Es ciega, tiene epilepsia severa y jamás caminará o hablará.
Pero sus padres, Jenn y Mark Hooper, estaban decididos a que fuera parte de la familia y cuando tenía 2 años descubrieron un tratamiento llamado "atenuación del crecimiento" que les permitiría mantenerla en el hogar para siempre: un tratamiento hormonal para que siga siendo una pequeña por siempre.
"El único tratamiento para detener el crecimiento son los parches de estrógenos, se ponen en la piel, los cambias una vez a la semana y la hormona ingresa al cuerpo y al torrente sanguíneo. Así se detiene el crecimiento, nada más. Sabíamos que habían muy pocas cosas a las que Charley respondería".
"Cuando el cuerpo comienza a producir las hormonas sexuales, hay una aceleración en el crecimiento. Una vez que los niveles se estabilizan, el crecimiento se estanca", explica Gary Butler, pediatra y endocrinólogo del hospital de University College London (UCL).
"Entonces, es posible alcanzar el parámetro de crecimiento deseado en la medida que se manipula la hormona", continúa el médico.
"En los niños discapacitados, el patrón de crecimiento no es el mismo. Pueden tener un crecimiento más rápido y alcanzar la pubertad más rápido, debido al trastorno de la función cerebral".

Cuestionamientos

Jenn debió llevar a su hija a Corea del Sur para suministrarle los parches de estrógeno luego de que una Comisión Ética inicialmente rehusara proveerle el tratamiento en Nueva Zelanda.
"Al final del día lo único que verdaderamente hemos hecho es mantenerla más pequeña. No hemos cambiado su potencial interno y todavía tratamos de encontrar maneras de comunicarnos con ella y de que ella se comunique con nosotros. Lo único que hicimos es evitar que crezca", asegura Jenn.
Mientras tanto, en Brighton, sur de Inglaterra, Amanda Mortensen prepara una colación para su hija Livvy, de casi 15 años, quien tiene una profunda discapacidad.
Livvy es pequeña para su edad y sólo pesa 35 kilos, pero su crecimiento natural nunca ha sido manipulado. Su madre, quien trabaja para la ONG Scope, conoce de cerca cómo funciona el tratamiento para detener el crecimiento, pero nunca ha pensado utilizarlo con Livvy.
"Esta es mi opinión personal y no juzgo a nadie, pero cuando oí sobre este (el tratamiento) me aterroricé. Livvy es un individuo, tiene derechos como persona y cambiar el curso de su desarrollo es algo que nunca consideraría hacer", comenta Amanda.
"En el papel, claro, es una niña enferma de la que tengo que cuidar, pero tu hija es tu hija. ¿Crees que una adolescente elegiría voluntariamente dejar de crecer?".

    ¿Solución fácil?

    Familia de CharleyImage copyrightAP
    Image caption"De toda esa gente que opina 'debieras hacer esto' o 'no debieras hacer aquello' ninguno está el domingo en la noche ayudándome a cuidarla", dice Jenn.
    Tanto Amanda en Reino Unido como Jenn en Nueva Zelanda tienen más hijos saludables.
    Pero Jenn aclara que lo que ha hecho no es una decisión que pase por hacerle la vida más fácil a ellos como padres.
    "No lo hice porque es más fácil, francamente. Sé que esto no me va a hacer ganar amigos, pero esa no es la razón por la que estoy aquí. De toda esa gente que opina 'debieras hacer esto' o 'no debieras hacer aquello' ninguno está el domingo en la noche ayudándome a cuidarla", dice la madre.
    "Creo que sí ha mejorado su calidad de vida (…) no había sonreído antes de los parches. Su primera sonrisa la dio cuando tenía 5 años. Ha sido absolutamente beneficioso para nosotros, pero todo lo hemos hecho por Charley.
    A Charley le tomó cuatro años que su crecimiento se detuviera completamente. Hoy pesa poco más de 25 kilos, peso que mantendrá durante el resto de su vida.

    Histerectomía

    Cuando Charley cumplió 7 años, su madre comenzó a preocuparse porque la niña, que ya estaba medicada con morfina y Valium, sufriera de dolores innecesarios una vez que comenzara a menstruar.
    Sus padres decidieron realizarle una histerectomía.
    "Era una niña de 7 años con un útero de adulta. Si seguía el curso normal y comenzaba a sangrar había riesgo de que se pusiera hipervolémica al no tener suficiente sangre en el cuerpo para satisfacer sus necesidades, así que podía desangrarse y morir", explica Jenn.
    "Lo que hicimos fue sacarle un órgano inútil que no hacía nada más que crearle sufrimiento e incomodidad".
    "Ella no está en condiciones de tener un bebé. No es una esterilización forzada, porque no está en condición de decidir ni emocional ni físicamente. No le quitamos ninguna posibilidad porque esa posibilidad ya se la habían quitado las matronas (cuando nació)".
    No todos están de acuerdo con la radical decisión tomada por los padres de Charley.
    "Si lograron manejar la hormona para detener el crecimiento, también es posible manejar los niveles de estrógeno en las niñas y testosterona en los varones para que los huesos se junten más rápido. Y eso requiere un tratamiento por un periodo corto de tiempo determinado", explica Butler.
    "La diferencia está en que remover quirúrgicamente un órgano sexual requerirá un tratamiento a largo plazo, mientras que la terapia de reemplazo es parte de los requerimientos normales del cuerpo. Nosotros no consideramos la primera opción", señala el doctor.
    Amanda teme que a Livvy la menstruación le cause problemas y dolores, pero confía que podrán manejarlos a través de los remedios y no de la cirugía.
    "Livvy acaba de empezar con su periodo y pasó tres semanas en el hospital, porque sus cambios hormonales realmente la afectan. Pero es una adolescente en transición a la adultez. La menstruación es muy difícil, pero también muy natural, no me gustaría suprimírsela", dice Amanda.
    En Nueva Zelanda Jen todavía tiene esperanzas de que Charley responda a los estímulos de su voz algún día.
    "¿Sería muy pesada para acarrearla ahora? Sí. ¿Estaría su vida más restringida? Absolutamente. Estaría encerrada en la casa mirando al techo, el que tampoco podría mirar porque es ciega. Ahora puede volar a Bali, va de compras navideñas al mall… así es como es".
    Detener su crecimiento fue, en sus propias palabras, un "acto de amor".
    "Tengo cero culpa, ningún arrepentimiento cuando se trata de evaluar este tratamiento. Hicimos lo mejor que podíamos hacer"

    jueves, 26 de marzo de 2015

    Trafico de organos

    Primer pacto europeo para perseguir el tráfico de órganos como delito
    El tratado, con 14 países firmantes, pone el foco en intermediarios y sanitarios
    España se compromete a cambiar el Código Penal
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    Carlos Romeo-Casabona, uno de los redactores del tratado. / OSCAR CORRAL
    El tráfico internacional de órganos ha pasado de ser una leyenda urbana para las autoridades europeas a convertirse en una negra realidad merecedora de penas de cárcel. Catorce países del continente, entre ellos España, firmaron ayer en Santiago de Compostela el primer tratado internacional para tipificar esta práctica como delito, un convenio que pretende derribar barreras burocráticas para su persecución internacional y que pone bajo el foco de la justicia a los intermediarios en la compraventa, al personal sanitario que participa en los trasplantes e incluso a los receptores de los órganos, sobre todo cuando no se trata de una cuestión de vida o muerte. Entre los firmantes del Convenio contra el Tráfico de Órganos del Consejo de Europa a los que este puede traer más cambios están Albania y Moldavia, dos Estados en los que hay “constancia” de casos de ciudadanos que donan sus órganos a cambio de dinero a enfermos de otros territorios, explican los redactores del documento, que ha precisado dos años de negociaciones.
    “Siempre ha habido sospechas pero ahora ya se empiezan a ver en Asia fotos de personas que enseñan sus cicatrices”, explica Carlos Romeo-Casabona, representante del Gobierno español en el comité de redacción del tratado. “Ya hay certeza de que el tráfico de órganos es una realidad y este convenio es un golpe encima de la mesa para decir que esto se acabó”. En España, explica el también catedrático de Derecho Penal de la Universidad de Deusto, la reforma del Código Penal a la que compromete el convenio permitirá actuar contra los nacionales que en el futuro compren órganos en el extranjero, aunque en estos territorios sea legal. Fue lo que hizo Óscar Garay, quien en 2010 relató en EL PAÍS su viaje a China para hacerse con un hígado a cambio de 130.000 euros, pues en España no cumplía los requisitos para entrar siquiera en la lista de espera.
    Para Romeo-Casabona, donante y receptor son víctimas del negocio de los trasplantes clandestinos que la Organización Mundial de la Salud cifra en 10.000 al año, aunque plantea excepciones. Quien vende un órgano por necesidades económicas no debe ser perseguido, señala, ni tampoco el comprador al que le quedan tres semanas de vida: “Otra cosa es que se mate a una persona para salvar a otra o que el receptor tenga que esperar un año por un riñón [por la vía legal] y no quiera”.

    Pocos son ahora los países del mundo en los que la compraventa de órganos vitales es delito. El convenio promovido por el Consejo de Europa, a cuya firma asistieron ayer los ministros españoles de Justicia y Sanidad —Rafael Catalá y Alfonso Alonso—, considera ilegal la extracción de órganos “sin el consentimiento libre, informado y específico del donante” o cuando se ofrece un “beneficio económico o una ventaja comparable” a esa persona o a un tercero. Y tipifica también como delito el “uso” de esos órganos, su “implantación”, su traslado, su preparación, su almacenamiento y el simple “ofrecimiento” del dinero. Las personas jurídicas también serán responsables y se perseguirá incluso la “complicidad” y la “tentativa”. Países como Rusia, Armenia y Kosovo en los que se han acreditado extracciones clandestinas aún no se han adherido.

    miércoles, 25 de marzo de 2015

    Suicidio asistido: decidir nuestra vida

    Decidir nuestra vida
    Podemos seguir hablando de sedaciones. Lo cierto es que estamos decidiendo acerca de las maneras socialmente admisibles de morir
    El martes pasado, la Asamblea Nacional francesa aprobó la ley que confiere a todas las personas el derecho a finalizar su vida digna y tranquilamente. Los legisladores fueron cuidadosos en no señalar que se estaba ante una solución eutanásica activa, en tanto el derecho conferido no implica la entrega de un fármaco para terminar directamente con la vida de quien lo ingiere; tampoco, aclaran, si se está ante una solución de tipo pasivo, al no abrirse la posibilidad de suprimir la totalidad de los apoyos que a una persona le permiten mantenerse viva. Lo que se quiso aprobar, dicen, es algo distinto.
    La legislación francesa autoriza a que las personas mayores de edad que padezcan una enfermedad incurable en fase terminal causante de sufrimiento psíquico o físico insoportable, puedan exigir que se les aplique una sedación profunda y continuada. Así mismo, se determinó que en tal caso y si así lo desean, deberá retirárseles la alimentación y la hidratación artificiales. Lo que, finalmente resulta es, dicho con alguna crudeza, que la persona solicitante tiene el derecho a exigir que se le sede tanto como sea necesario para fallecer. Es verdad que de manera directa no se está haciendo lo necesario para que la persona muera, pero es claro que tal resultado se producirá en condiciones y tiempo predecibles .
    Más allá de lo legislado en Francia, en muchos otros países existen soluciones que aunque tampoco se dirigen directamente a producir la muerte del enfermo, claramente aceptan esa consecuencia como efecto de un hacer autorizado y, en ocasiones, obligado. Por ejemplo, en diversas legislaciones se prevé bajo el enunciado general de “cuidados paliativos”, que a los enfermos terminales se les administren sustancias para aliviar su dolor, a sabiendas de que con ello se les esté acortando la vida.
    Entiendo que no es lo mismo darle a alguien un medicamento para que muera, dárselo para que lo haga después de cierto periodo de inconsciencia, o suministrar una droga lo suficientemente poderosa para aliviar el dolor a sabiendas de que la vida habrá de reducirse. Sin embargo, queda claro que todas esas acciones tocan el antiquísimo y fundamental problema de cómo permitirle morir a quien ha perdido el deseo de vivir o, al menos, hacerlo ha dejado de ser prioritario. Tal vez porque finalmente se trata de ello, de morir, los dilemas éticos y religiosos hacen que el asunto todo sea tratado eufemísticamente. Con un lenguaje que, al mismo tiempo, muestra y oculta, que evoca, pero no termina por presentar crudamente todo aquello que está en juego. Los lenguajes eutanásicos o paliativos al uso, tratan de configurar nuevos fenómenos y soluciones, pero siempre sometiéndolos a los lenguajes de lo ya conocido y aceptado.
    La importancia de la decisión francesa o de la reciente sentencia canadiense (Carter v. Canadá) tan completamente comentada el viernes pasado en este diario por el profesor Rey, es que nos invitan a enfrentar una vez más tan viejo problema a partir de dos buenos marcos jurídicos. Al volver a hablar de las maneras en que los seres humanos podemos optar por morir como parte de un proyecto integral de vida digna. Podemos seguir hablando de sedaciones, medicaciones o efectos colaterales. Lo cierto es que, finalmente, estamos decidiendo acerca de las maneras socialmente admisibles de terminar con la vida ahí donde ella haya dejado de ser aceptable.
    José Ramón Cossío Díaz es ministro de la Suprema Corte de Justicia de México. @JRCossio


    Suicidio asistido: el derecho a morir con asistencia médica


    El Tribunal Supremo de Canadá abre una novedosa vía para la asistencia al suicidio
    La Asamblea Nacional francesa ha aprobado el derecho a la sedación terminal de los pacientes con una enfermedad irreversible. En España, este tratamiento es el protocolo indicado desde hace años para enfermos incurables con síntomas refractarios, esto es, no susceptibles de control por otros medios. Y es que, en los países de nuestro entorno, se abre paso el acuerdo de que las personas disponemos, en virtud de nuestra autonomía, del derecho a ser ayudados en el morir, lo que comprende la posibilidad de rechazar o interrumpir un tratamiento de soporte vital (eutanasia pasiva o limitación de esfuerzo terapéutico); el derecho a recibir cuidados paliativos dirigidos a evitar el dolor, aunque acorten la vida (eutanasia activa indirecta o medidas de doble efecto), incluyendo la sedación terminal cuando el dolor no se pueda controlar; y la facultad de dejar por escrito anticipadamente la designación de la persona que nos representará y nuestra voluntad para el caso de que no podamos adoptar ya la decisión por nosotros mismos (instrucciones anticipadas, testamento vital). Este sería el consenso básico actual.
    Sin embargo, algunos Estados (el primero fue Oregón) permiten dar a un enfermo terminal una medicación para que éste ponga fin a su vida (suicidio asistido). Otros admiten que sea el propio médico quien cause la muerte del paciente, también a petición de éste y en un contexto de graves padecimientos (eutanasia activa directa), como ocurre en Holanda o Bélgica. En Suiza no se castiga la ayuda al suicidio, lo que ha permitido un floreciente turismo eutanásico. Pero todos estos casos se consideran excepciones de las normas penales que castigan la muerte ajena o la ayuda al suicidio.
    El Tribunal Supremo de Canadá ha ido más allá. En la sentenciaCarter versus Canadá, de 6 de febrero, ha venido a reconocer que la ayuda médica a morir es un derecho fundamental. Examinando la validez de la norma penal que prohíbe la ayuda al suicidio (también para enfermos terminales), ha concluido que tal prohibición lesiona el derecho a la vida, porque fuerza a algunas personas a tener que suicidarse preventivamente, de modo violento, por miedo a no poder hacerlo cuando su enfermedad evolucione; y viola también su derecho de libertad e integridad porque privar a los enfermos terminales de esa ayuda provoca estrés y daño psicológico y les sustrae el control de su integridad corporal. La sentencia falla que es inconstitucional prohibir la ayuda médica a enfermos adultos competentes que la pidan a causa de una enfermedad o una discapacidad que les provoque sufrimiento permanente, intolerable e irreversible.
    El Tribunal emplea tres argumentos. 1º La prohibición de la ayuda médica a morir se justifica para proteger a personas vulnerables en situación de debilidad para adoptar decisiones, pero es desproporcionado porque no todos los enfermos en situación terminal son vulnerables, empezando por una de las demandantes, la señora Taylor, enferma de esclerosis lateral amiotrófica que solicitó ayuda para morir a fin de evitar lo que ella mismo describió como una “cruel elección” entre suicidarse por sí misma mientras pudiera o perder cualquier control sobre el momento y forma de su muerte. 2º La prohibición de la ayuda a morir no es una medida indispensable porque los médicos pueden asegurar la protección de los enfermos terminales ante el abuso y/o el error con un sistema serio de garantías. De hecho, la sentencia da un plazo de un año al Parlamento canadiense para regular esta materia reconociendo el nuevo derecho. 3º No se ha demostrado que allí donde se ha despenalizado la eutanasia se hayan debilitado con el tiempo las garantías (argumento de la pendiente resbaladiza).
    La Sentencia Carter está llamada a ser muy influyente. Una declaración judicial tan contundente a favor de la ayuda médica a morir es una novedad
    La sentencia ofrece algunos flancos a la crítica. Es un tribunal y no el constituyente o el legislador quien convierte un tipo penal nada menos que en un derecho fundamental; la sentencia tendría que haber hablado sólo de suicidio asistido, pero introduce también la eutanasia (y no son lo mismo porque el suicidio asistido por médico garantiza mejor la libertad y voluntariedad del sujeto); considera, sin argumentar, que ayuda en el morir y ayuda a morir son dos caras de una misma moneda: ambas se fundarían en la libertad de decisión del enfermo (pero no es lo mismo “matar” o “suicidarse” que “dejarse morir”); apenas diseña cuáles serían las garantías a las que tendría que someterse este nuevo derecho; señala el riesgo de abuso o error como única finalidad de la prohibición de dicha ayuda, cuando hay otras finalidades (preservar la vida de los ciudadanos, prevenir los suicidios o mantener la integridad de la profesión médica —que se vería ahora en la tesitura de tener que poner directamente fin a la vida de algunos enfermos y de decidir en qué casos, aunque les reconoce el derecho de objeción de conciencia); sí hay pruebas, sobre todo respecto de Holanda, de que la pendiente resbaladiza no es una simple especulación.
    Con todo, la sentencia Carter está llamada a ser muy influyente. Una declaración judicial tan contundente a favor de la ayuda médica a morir es una novedad. Canadá no sólo influye en España en el debate territorial (Quebec), sino que tiene mucho prestigio en materia de derechos. No hay que ser adivinos para augurar la repetición de sus argumentos por los defensores de la eutanasia y el suicidio asistido. En España se siguen prohibiendo ambas conductas, que se remiten, en la práctica, a la penumbra del acto médico. El sistema no es satisfactorio del todo, pero hay dudas razonables sobre sus alternativas. En mi opinión, habría que empezar a reflexionar en serio sobre la posibilidad de introducir el suicidio asistido por médico para ciertos casos. Pero, a poder ser, con mejores argumentos que los del Tribunal Supremo de Canadá.
    Fernando Rey es catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad de Valladolid.


    Legalización de la marihuana medicinal

    La marihuana legal coloca más, pero cura menos
    La legalización de esta droga en Colorado (EE UU) ha multiplicado su potencia reduciendo, sin embargo, la presencia de componentes interesantes para la medicina
    http://ep01.epimg.net/elpais/imagenes/2015/03/23/ciencia/1427103627_356013_1427108989_noticia_normal.jpg
    El cultivo de hasta seis plantas de marihuana para uso particular y el consumo son legales en Colorado (EE UU) desde el año pasado. / O'DEA EN WIKICOMMONS
    La legalización de la marihuana tiene un doble efecto: aumenta la potencia de su mayor principio activo, pero disminuye la presencia de sus componentes medicinales. Esas son las principales conclusiones de un análisis de la maría que se vende en Colorado(EE UU), donde el consumo y cultivo de esta droga es legal desde el año pasado.
    Tras un referéndum en 2012, Colorado se convirtió en el primer estado de EE UU en legalizar el consumo recreativo de marihuana (otros tres ya lo han aprobado y en una veintena su uso medicinal es legal). La ley, que entró en vigor en enero del año pasado, también permite la tenencia de hasta una onza de maría (unos 28,3 gramos) y el cultivo de hasta seis plantas a los particulares. Su cultivo comercial para su venta en tiendas especializadas también está regulado. Esta legalización se ha convertido en un experimento científico y social para estudiar cómo afectan las leyes del mercado a este producto, ilegal en casi todo el resto del mundo.
    La legalización ha tenido un primer efecto beneficioso al obligar a los productores comerciales y ofrecer a los particulares la posibilidad de analizar la calidad de su hierba. Media docena de laboratorios cuentan con autorización de las autoridades de Colorado para recoger y estudiar muestras de marihuana. Sus resultados, un año después, son más que interesantes.
    "Hemos visto valores de concentración de THC cercanos al 30%", dice Andy LaFrate, químico y director de investigación de Charas Scientific, uno de los laboratorios autorizados, por THC se refiere al tetrahidrocannabinol, el compuesto que provoca los efectos que hacen tan interesante esta droga a quienes la consumen. El THC apenas está presente en la marihuana en planta o fresca salvo en su forma más compleja llamada THCA, un ácido cannabinoide. Por medio de un proceso químico (descarboxilación), durante su secado, el THCA se convierte en THC al perder dióxido de carbono.
    Tras la legalización, la concentración del principal principio activo en la marihuana se ha triplicado
    La presencia de THC en flores y cogollos de marihuana es muy variable, pero rara vez supera el 10%. Sin embargo, tras el análisis de más de 600 muestras, los químicos de Charas Scientific calcularon que la potencia media de la maría legal de Colorado es de un 18,7%, aunque algunas muestras alcanzaron hasta un 31%, lo que la convierte en la mejor hierba del mundo.
    En Colorado no solo es legal tener o fumar marihuana si eres mayor de 21 años. También se pueden vender concentrados de THC que se usan para pasteles, gominolas, infusiones y hasta, una vez envueltos, regalarlos. En este caso, la presencia de THC se eleva hasta un 65,8% de media, aunque encontraron muestras con una potencia casi del 99%. Este incremento en la potencia de la droga estaría, según LaFrate, que ha presentado sus resultados en la reunión anual de laAsociación Estadounidense de Química, en la hibridación de distintas variedades hasta conseguir plantas muy ricas en THCA.
    Sin embargo, la liberalización de la marihuana está teniendo un efecto inesperado, al reducir la presencia de otros compuestos. Esta droga tiene decenas de cannabinoides. Además del THC, dos de ellos llevan décadas llamando la atención de los científicos y médicos. El cannabidiol o CBD, por ejemplo, se ha demostrado útil en el tratamiento del síndrome de Dravet, una extraña epilepsia. También se usa para mitigar los efectos secundarios de la quimioterapia y se investiga su utilidad para tratar la esquizofrenia o el Alzheimer.
    Mientras, el cannabinol o CBN, responsable del efecto sedante de la marihuana, podría tener aplicaciones en el tratamiento de los trastornos del sueño. Algunos estudios han señalado su potencial antibacteriano y hay quien está investigando sus aplicaciones contra la osteoporosis.
    Los niveles de otros cannabinoides de uso medicinal se han reducido hasta el 1% en los concentrados de 'maría'
    "Hay una gran homogeneidad ya se trate de la medicinal o la comercial. Una planta puede tener las hojas verdes y otra púrpura y la cantidad total de cannabinoides puede cambiar. Pero la ratio de THC a CBD y otros cannabinoides no cambia", explica LaFrate. Sus análisis muestran que a más THC menos de los otros componentes. La cantidad de CBDA, el ácido del CBD, puede suponer hasta el 40% de la planta. Sin embargo, en las muestras analizadas, la presencia media de este compuesto es de apenas un 0,1%. En cuanto al CBN, la mayoría de las muestras no contenían nada.

    A diferencia del tetrahidrocannabinol, el cannabidiol no tiene efectos psicoactivos y el cannabinol los tiene pero muy suaves. Solo en los concentrados, se podía encontrar porcentajes apenas superiores al 1% de estos dos compuestos. Este análisis mostraría que la legalización de la marihuana hace que esta sea de mayor calidad para su uso recreativo pero la debilita como medicina.

    miércoles, 18 de marzo de 2015

    Francia aprueba el derecho de todos los pacientes a la sedación terminal

    La Asamblea Nacional apoya por aplastante mayoría una norma que declara vinculante el testamento vital

    Francia aprueba el derecho de todos los pacientes a la sedación terminal
    Imagen de archivo de un paciente ingresado. / GORKA LEJARCE
    La Asamblea Nacional francesa ha consagrado por aplastante mayoría (436 votos a favor contra 34) el derecho de todos los ciudadanos a una sedación profunda y continuada que alivie sus últimos momentos. La Asamblea (cámara baja) ha decidido también declarar vinculante el testamento vital, al que, salvo algunas excepciones, tendrá que ceñirse el médico. También se otorga representación legal a la persona de confianza elegida previamente por el enfermo para defender sus deseos acerca de cómo morir. Este último avance habría impedido la batalla legal que enfrenta a los familiares del francés Vincent Lambert, que lleva seis años en estado vegetativo mantenido en el hospital de manera artificial.
    La ministra de Sanidad, Marisol Touraine, partidaria hace seis años junto al ahora primer ministro Manuel Valls de promover una “ayuda activa a morir”, se siente, sin embargo, cómoda con lo logrado en el parlamento. “Los grandes avances en materia social son los avances compartidos y aceptados por una gran mayoría de la población”, ha declarado a Libération. “Pero esta no es una simple reforma de la ley Leonetti [la actualmente en vigor]. Es un verdadero avance”. La derecha se ha inquietado ante las declaraciones de la ministra, que considera que el nuevo paso supone solo una etapa en el camino. La diputada del grupo radical y comunista Jacqueline Fraysse se ha mostrado en el debate parlamentario de hoy previo al voto en esa misma línea. “Este es el mejor equilibrio posible en esta etapa”, ha sentenciado.
    El Gobierno socialista francés ha buscado desde el principio una posición moderada para facilitar el consenso. Encargó el borrador del proyecto de ley sobre el fin de la vida al diputado socialista Alain Claeys y al derechista de la UMP Jean Leonetti, redactor de la ley en vigor que, aprobada en 2005, prohibió el ensañamiento terapéutico. La norma ahora aprobada impone a los médicos la sedación terminal si el paciente o su representante lo pide, que iría acompañada de la retirada de todo tratamiento, incluidas la hidratación y la alimentación artificial. La nueva norma explicita el derecho a la sedación aunque esta acorte la vida.
    Los radicales de izquierda y los ecologistas habían expresado su deseo de avanzar hacia la eutanasia. “Tanto tiempo para llegar a esta solución decepcionante”, se ha lamentado la diputada ecologista Véronique Massaunneau. Ambos grupos, sin embargo, se han abstenido mayoritariamente. Los socialistas han apoyado a su gobierno, a pesar de que también 120 de entre sus filas eran favorables a la eutanasia. Seguir los pasos de Suiza, Bélgica y Holanda era la aspiración. La mayor oposición a la ley adoptada ha venido de la parte de la derecha.
    En el debate parlamentario se ha vuelto a expresar la preocupación por la falta de cuidados paliativos, que solo llegan al 20 % de los que los necesitan, según la diputada socialista Michèle Delaunay. La nueva ley debe aún pasar por el Senado, pero en Francia la decisión de la Asamblea suele ser la definitiva.
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